domingo, 28 de junio de 2009

¿Son los candidatos que nos merecemos?

Por David Rotemberg (Crítica de la Argentina)


“Los argentinos tenemos los políticos que nos merecemos” reza el saber popular. Es más, en su célebre monólogo N° 1.000, el gran Tato Bores –a quien algunos sacrílegos de ShowMatch osan citar como influencia– se permitió contradecir a su guionista –y maestro de guionistas–: “Si se pusiera a cortar boludos históricos con retroactividad, otra hubiera sido la historieta hoy. Historieta que, como país, no creo que nos merezcamos –esto lo dice mi libretista Santiago Varela, yo no estoy tan seguro… un cacho de culpa tenemos también–”.

Nos toca votar una vez más. Y, como siempre, en la cola del supermercado, en la del colectivo, en la mesa familiar y en la del bar, ante la pregunta: “¿A quién vas a votar?”, se escuchan las clásicas respuestas: “Al menos malo”, “a Fulano, porque es el mal menor”, “a Sutano… y bue, no hay otra” o directamente “a cualquiera: son todos iguales”.

Ahora bien, ¿tenemos los candidatos que nos merecemos? Si hiciéramos una encuesta, seguramente el resultado diría que los argentinos “tenemos los encuestadores que nos merecemos”.

Por eso le propongo un sencillo ejercicio: cuando esté en la cola para votar, responda al siguiente test de merecimiento de candidatos. Sólo debe responder con la verdad (pero de verdad, eh). Dele, total, es una conversación entre usted y usted, nadie se va a enterar. Son 10 multiple choice sobre algunos problemas de los argentinos.

1. El gobierno actual:

a. “Tiene aciertos y errores como cualquier gobierno. Pero habría que atender algunas cuestiones de fondo”.

b. “Es un desastre. Lo peor de los últimos 500 años” o “Es genial, perfecto, lo atacan injustamente, ¿qué cuestiones de fondo?”.

c. “Hay que matarlos a todos, tanto al gobierno como a la oposición, y que vuelvan los militares”.

2. La oposición debe ser:

a. “Una fuerza que controle y fiscalice al gobierno, acompañando las buenas obras y oponiéndose a las malas”.

b. “La máquina de impedir, para que ésos no vayan por la reelección” o “Un buen socio, total… hoy por nosotros, mañana por ellos”.

c. “La misma m… con distinto olor. Pero si me hacen un lugarcito…”.

3. Las coimas son:

a. “La piedra basal de la corrupción institucionalizada. Por aparentemente inocente que sea, es deplorable”.

b. “Depende… si es insignificante, por una multita, una mejor ubicación o dar/conseguir laburito, está bien darla o recibirla”.

c. “Si me das un diego te respondo”.

4. La función pública:

a. “Sirve para solucionar los problemas de los que menos tienen y crear una sociedad más justa”.

b. “Sirve para solucionar los problemas de mi familia usando como pretexto a los que menos tienen, para crear una sociedad (anónima) más justa”.

c. “Sirve para darme fueros y zafar de ir en cana”.

5. Mi contador es:

a. “El profesional que determina cuánto debo pagar de impuestos y cobra por ese servicio”.

b. “El profesional que determina el mínimo posible a pagar de impuestos ¡y encima cobra por eso!”.

c. “El HDP que compró un título en la facu y me ayuda a evadir impuestos. Cobra en negro por eso”.

6. La inseguridad:

a. “Es un mal de estos tiempos: se soluciona dando un ejemplo de honestidad de arriba hacia abajo; pagando los impuestos y que estos vayan a educación, salud, obras, generación de empleo y a una policía preparada y honesta”.

b. “Es un invento de los medios” o “Creció por culpa de este gobierno”.

c. “Es un buen negocio para mí y los muchachos”.

7. Con la delincuencia juvenil:

a. “Hay que actuar ya, conteniendo, reeducando y alejando de la calle y las drogas a esta generación, y trabajando desde la familia para el futuro”.

b. “Hay que bajar la edad de imputabilidad y encerrarlos” o “Es un problema de los jueces”.

c. “Hay que hacerlos m… a esos p… ¡Y a los padres también, por botonear!”.

8. Cuando conduzco:

a. “Respeto todas y cada una de las leyes de tránsito”.

b. “Respeto los semáforos, pero no uso cinturón, arrojo el pucho por la ventanilla y no hago señales porque tengo la mano ocupada con el celular”.

c. “¿Qué semáforos? ¿Qué señales? ¿Qué velocidad máxima? ¿Qué peatones? ¿Qué fue ese ¡ahhhh!?”.

9. Al cruzar la calle:

a. “Espero el semáforo rojo como corresponde”.

b. “Espero a un metro de la vereda, con el semáforo en verde y, si tengo un cochecito, mejor”.

c. “Me mando, total, la prioridad es del peatón. Si me pisa, con un buen abogado le saco como 200 lucas”.

10. Ser presidente de mesa es:

a. “Un compromiso con la democracia, que permite garantizar la transparencia de los comicios”.

b. “Un mero trámite, está todo bien” o “La única forma de controlar a esos guachos que tienen todo arreglado”.

c. “Una pérdida de tiempo y varias veces decliné ir: una vez porque tenía trámites que hacer; otra porque justo viajé; otra porque dije que no me llegó el aviso y ahora porque estoy embarazado (sí, soy filipino nacionalizado, ¿y qué?)”.

RESULTADO

• Mayoría de respuestas c): A usted no le importa nada ni nadie. Si busca un poco, seguro encuentra al menos un candidato en cada lista. Vote tranquilo, que la democracia garantiza hasta esa libertad de la que usted goza.

• Mayoría de respuestas b): Se siente absolutamente representado por varios candidatos, tanto del oficialismo como de la oposición y los partidos menores. Usted tiene su voto definido hace rato.

• Mayoría de respuestas a): No se siente representado por nadie, ni tiene la más p… idea de a quién votar. Revise nuevamente las listas y, si no encuentra a nadie, revolee la moneda (si encuentra una).

IMPORTANTE

Si usted respondió con sinceridad, y aun así le dio a) en todas, pero TODAS las respuestas, no desespere. No es que los argentinos tengamos los políticos que nos merecemos, sino que “todos los argentinos tenemos los políticos que la mayoría merece”.

Por esta vez, zafe como pueda, pero en la próxima elección júntese con los que son como usted (camine, camine… y va a ver) y, por favor, candidatéese, ¿sí?

Feliz elección.