miércoles, 19 de agosto de 2009

Dole y abogados siguen haciendo de las suyas en Nicaragua *



Por Steve Stecklow
(The Wall Street Journal)

CHINANDEGA, Nicaragua.— Tras responder a un anuncio de radio que buscaba a ex trabajadores de las plantaciones bananeras nicaragüenses para una demanda en contra de Dole Food Co., Marcos Sergio Medrano pensó que podría recibir algún dinero. Asegura que un bufete estadounidense de abogados lo convenció de que un pesticida utilizado en la plantación donde trabajó hace años lo había dejado estéril.

Los abogados del campesino de 49 años produjeron pruebas médicas como evidencia. Pero una prueba de ADN que llevó a cabo Dole, el mayor productor de frutas y vegetales del mundo, reveló que era padre de tres hijos, algo que a Medrano le vino de sorpresa. "Siento que estuve metido en un juego sucio", dice.
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Medrano forma parte de la caída en desgracia de un grupo de abogados estadounidenses especializados en daños y perjuicios que se volcaron en esta desamparada ciudad nicaragüense. Su objetivo era reclutar a miles de clientes y recaudar hasta 40% de las indemnizaciones. Respaldados por un sistema legal propio del mundo emergente, que tiende a favorecer a los litigantes, presentaron una serie de demandas contra la compañía de California y ganaron unos US$2.100 millones en juicios locales.


Ahora, una jueza de California dice que los abogados se valieron de tácticas fraudulentas, incluyendo la falsificación de pruebas de esterilidad y la presentación de querellantes que nunca habían trabajado en las plantaciones. Como resultado, los campesinos que sí sufrieron daños podrían quedarse con las manos vacías. Dole, por su parte, que siguió utilizando un peligroso pesticida llamado DBCP incluso después de que fuera claramente relacionado con casos de esterilidad masculina, podría salir impune.

Citando "pruebas claras y convincentes" de que hubo fraude, la jueza de la Corte Suprema de California Victoria Chaney desestimó en junio dos casos de DBCP entablados por demandantes nicaragüenses (uno de ellos involucraba a Medrano), y dijo que todos los casos relacionados, incluyendo 30 pendientes en tribunales de Estados Unidos, están en peligro. Dole se ha negado a pagar los US$2.100 millones que las cortes de Nicaragua concedieron a los demandantes. La compañía ya no opera en el país.

Las acusaciones de fraude han surgido también en otros casos de responsabilidad penal por exposición a sustancias tóxicas, incluido el amianto. El litigio por el pesticida en las plantaciones bananeras es tan inusual por el hecho de que tan pocas partes involucradas discrepen que se han falsificado reclamaciones. La jueza destacó que más nicaragüenses han presentado quejas contra Dole que el total de trabajadores que llegó a pasar por las plantaciones cuando todavía se usaba el DBCP.

DBCP, las siglas correspondientes a dibromocloropropano, es un fumigante que se utilizaba en todo el mundo en los años 60 y 70 para controlar gusanos microscópicos, llamados nemátodos, que atacan las raíces y destruyen las cosechas. En 1977, las autoridades de salud de California descubrieron que los trabajadores de una planta de DBCP se habían vuelto estériles.

Dole, que empezó a utilizar el pesticida en Nicaragua en 1973, tenía un contrato para comprar DBCP durante otros dos años cuando el fabricante, Dow Chemical Co., cesó su producción. Dole amenazó a Dow por incumplimiento de contrato, asegurando que no había pruebas de que los trabajadores que manejaban DBCP se hubieran quedado estériles, según documentos de una demanda presentada por Dow en contra de Dole en EE.UU. En 1978, Dow accedió a venderle a Dole sus restos de DBCP bajo la condición de que la compañía prometiera no involucrar a Dow si surgía una demanda por daños y que equipara a los trabajadores con ropa protectora.

En 1979, la sustancia fue prohibida en EE.UU. para todos los usos, bajo el argumento de que el público en general corría varios grados de riesgo de sufrir cáncer, daños genéticos y esterilidad masculina. Dole dejó de utilizar DBCP en Nicaragua en 1980, según Scott Edelman, uno de los abogados de Dole. El uso del DBCP restante entre 1978 y 1980 "fue legal", asegura.
Edelman insiste en que no hay evidencia de que los trabajadores de las plantaciones estuvieran lo suficientemente expuestos al fumigante como para quedar estériles. Sin embargo, Isaías Paz, que trabajó durante años en la plantación de Dole en las afueras de Chinandega, dice que muchos de los ductos que transportaban DBCP a los surtidores también llevaban agua a las cocinas. Agrega que "no había máscaras, ni botas, ni guantes" para los trabajadores que fumigaban con el pesticida. Edelman niega eso y asegura que Dole les dio uniformes protectores pero que "los trabajadores preferían no ponérselos porque se quejaban de que hacía demasiado calor".

En 1983, los abogados empezaron a entablar demandas en EE.UU. contra Dole y los fabricantes de DBCP en nombre de miles de trabajadores de las plantaciones bananeras de América Central. Dole llegó a acuerdos extrajudiciales en varios casos relacionados con trabajadores de Costa Rica por US$6,8 millones. A miles de hondureños les pagó hasta US$6.000 a cada uno para evitar los tribunales, dice Fernando Medina, el abogado nicaragüense de Dole.

Pruebas alteradas

Los abogados estadounidenses empezaron a llegar en tropel a Chinandega. Uno de los primeros fue Rick Dovalina, un abogado especializado en daños y perjuicios de Texas. Él y otro colega pasaron varios meses tratando de reclutar a ex trabajadores de las plantaciones para someterlos a pruebas de fertilidad. Sin embargo, asegura que los laboratorios locales remitían sus mejores casos a otros bufetes que le robaban los clientes. "El sistema ahí era tan corrupto", recuerda.

Mario Pastora, un médico de la ciudad, dice que colaboró con Dovalina y que examinó cientos de potenciales demandantes. De los primeros 400 que analizó, sólo 4% eran estériles (un promedio normal en la población masculina). Pero, resultados de laboratorio posteriores empezaron a mostrar tasas de 30% a 40%. Pastora cree que los demandantes alteraron las muestras de esperma al calentarlas con fósforos y encendedores o mezclando sustancias para matar a los espermatozoides. Dovalina dice que se fue de Nicaragua indignado.

Otro abogado estadounidense que se presentó en Nicaragua es Walter J. Lack, un conocido abogado de Los Ángeles que había representado a litigantes en el caso de contaminación sobre el que se centró la película Erin Brockovich.

Walter A. Gutiérrez, el administrador del bufete nicaragüense con el que se asoció Lack, dice que reunió a unos 4.200 demandantes y que ganó unos US$600 millones en juicios. "Había muchos impostores", dice. "Yo tenía a los auténticos trabajadores de las bananeras", dice. Pero Gutiérrez fue condenado en 1995 por un tribunal de Los Ángeles por cargos de fraude de seguros en una supuesta trama que involucraba el pago a policías por recomendar víctimas de accidentes, indican los sumarios de los casos.

En 2006, fue arrestado bajo las mismas acusaciones y aparentemente huyó del país. Un juez ha emitido una orden de búsqueda y captura. Ante esto, Gutiérrez se pregunta: "¿Qué tiene que ver esto con el caso?". Sin embargo, no quiso discutir más a fondo sus cargos en EE.UU., asegurando que es "un fugitivo de la ignorancia". Lack dice que no sabía nada sobre las acusaciones en contra de Gutiérrez.

Dole aún enfrenta unas 250 demandas por el uso de DBCP, la mayoría en Nicaragua. Incluso Lack dice que es pesimista. Si hubo fraude, observa, "hará que cualquier persona razonable cuestione todos los demás casos".

En Chinandega, mientras tanto, muchos demandantes dicen que han perdido cualquier esperanza de recibir las indemnizaciones que les prometieron los abogados.

* Título original: "Las artimañas de los abogados estropean las demandas contra Dole en Nicaragua"