martes, 11 de agosto de 2009

Los futboleros deben saber de qué se trata



Por Agustín Colombo (Crítica de la Argentina)












Nota de Libreta de Periodista
Antecedentes mínimos. La iniciación del torneo apertura del fútbol de primera división de la Argentina y su televisación están en duda desde que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) decidió renegociar los contratos con las empresas privadas encargadas de la transmisión. La AFA exige que se dupliquen los derechos de televisación. Hasta el 11 de agosto del 2009, las empresas encargadas de la televisación se negaban a hacerlo y la AFA estaría buscando un acuerdo con el estatal Canal 7 para llevar al fútbol a la pantalla chica.
Muchos se preguntan (nos preguntamos) si esto traerá algún beneficio para los hinchas, quienes son (somos) los que pagan (pagamos) para poder ver fútbol por televisión.
A continuación, el artículo de Agustín Colombo.

Hasta aquí, el negocio de la televisación del fútbol (en la Argentina) se dividía entre dos empresas: Tele Red Imagen S. A. (TRISA) y Televisión Satelital Codificada (TSC). El capital de ambas estaba conformado, en partes iguales, por Torneos y Competencias y el Grupo Clarín, beneficiados desde 1991 con la exclusividad de los derechos de transmisión de la pelota nacional.

Contrario a lo que muchos piensan, TyC y Clarín son entidades diferentes que se asociaron para transmitir el Clausura y el Apertura de cada año, más los encuentros internacionales que correspondían a las Eliminatorias sudamericanas y partidos amistosos de la Selección argentina.
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La cantidad de emisiones en estos 18 años fue aumentando de manera gradual: en sus inicios se televisaron tres encuentros (viernes por la noche, sábado por la noche y el clásico del domingo), luego cinco y, a partir de 2007, la fecha entera; es decir: diez partidos diagramados entre los viernes a las 19 y los domingos a última hora.

En términos específicos, cada empresa televisiva cuenta con una función: Torneos y Competencias produce los partidos (provee los camiones satelitales y se encarga de la dirección de cámaras, entre otras cuestiones), mientras que la comercialización, a cargo de TSC, se reparte entre ambas empresas.

El producto terminado –los partidos de fútbol que observa el televidente– llega a través de TyC Sports, el canal deportivo propiedad de TyC y el Grupo Clarín, y TyC Max, la señal codificada que comercializa TSC y se la vende a cableoperadores como CableVisión, Multicanal, DirecTV o Telecentro. Sucede algo curioso en el caso de CableVisión o Multicanal: la operación se vende y se paga en la misma oficina. El Grupo Clarín, dueño de la mitad de TSC, le entrega los cinco partidos de cada fecha al... Grupo Clarín.

Por este motivo, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) recibió varias denuncias contra TRISA y TSC porque, supuestamente, se negaban a vender sus servicios a los diferentes cableoperadores en beneficio de CableVisión y Multicanal.

Los reclamos, todos apelados ante la Corte Suprema, provocaron la defensa del director de Torneos y Competencias, Marcelo Bombau, quien rechazó la acusación de modo terminante: “TyC no tiene integración vertical con Multicanal y CableVisión. No controla ni participa en modo alguno en ningún sistema de TV por cable ni satelital”, sostuvo el empresario.

La semana pasada, cuando ya había estallado el conflicto entre la AFA y TyC, Bombau intentó aclarar ante este diario las diferencias que existían entre la compañía que preside y su socio, el Grupo Clarín. “Somos una víctima inocente de un eventual pase de facturas. La gente se imagina que esto es un negocio increíble, y no lo es: llegué a leer que TyC factura 9.300.000 de pesos. Eso lo moverá Clarín, que tiene mil vertientes. Nosotros cobramos 304 millones de pesos y le damos a la AFA 268. Quedan 40 millones, pero descontá satélites, sueldos y camiones”, afirmó Bombau.

Lo que quiso decir, en síntesis, es que TyC, destinada sólo a producir y exhibir fútbol, está a millones de dólares de distancia del emporio Clarín, que además de negociar con la pelota es dueño del diario Clarín, de Olé, Radio Mitre, Canal 13, TN, Volver, Pol-Ka, por nombrar a sus tentáculos más emblemáticos.

En el caso de que hoy se oficialice que la televisación de fútbol pase a la órbita estatal, la Argentina se posaría en un escenario similar al de España en 2008. En ese país, la empresa PRISA se quedó sin los derechos, y desde ese momento, Mediapro y otros canales (privados y públicos) buscan asociarse para transmitir lo que acontece en los estadios europeos, un continente en el que el Estado participa como regulador en el mercado del fútbol. Algo que, aunque hasta hace unas semanas parecía imposible, puede empezar a suceder en la Argentina.