lunes, 10 de agosto de 2009

Los mercados festejan la mejoría de EE.UU., pero el endeudamiento puede limitar el alza


Por E.S. Browning y Annelena Lobb (Wall Street Journal)

Los economistas revisan al alza sus pronósticos de crecimiento de la economía estadounidense, mientras mejoran las cifras del desempleo, la producción industrial está cerca de tocar fondo, la demanda inmobiliaria se fortalece y algunos ejecutivos prominentes ya empiezan a decir que lo peor ya pasó.
Los mercados están de celebración y esperan que las buenas noticias se sigan acumulando.
El Promedio Industrial Dow Jones dio un salto de 43% desde su mínimo de 12 años registrado el 9 de marzo. El viernes acabó en 9370,07 puntos, su cierre más alto desde el 4 de noviembre. Las inversiones de crédito riesgosas, como los bonos chatarra e incluso los valores respaldados por hipotecas, muestran señales de recuperación.
Pero no todo es color de rosa.
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Un número sorprendentemente grande de expertos advierte que, pese a las señales esperanzadoras, la economía sigue en un pozo y aún no es lo suficientemente fuerte para sostener una recuperación a largo plazo de las acciones y los bonos.
"Ahora la pregunta es, ?¿a dónde vamos desde aquí??", les planteó a sus clientes John Osterweis, director financiero de Osterweis Capital Management, en un informe reciente. "La respuesta simple es probablemente a ninguna parte de forma rápida".
Según este enfoque, el resurgimiento del mercado de los últimos cinco meses ha sido un festejo del éxito del gobierno de Estados Unidos en eludir el colapso financiero. Los mercados bursátiles se merecían un alza desde mínimos que reflejaban el pánico de los inversionistas. Para seguir subiendo, el mercado necesita una señal de verdadera recuperación en la economía, lo que requiere aumentos en el consumo, la inversión de las empresas y la compra de viviendas.
Eso es, precisamente, lo que está en duda y una sola palabra explica por qué: deuda. Pese a un alza en el ahorro de las familias, los niveles de deuda apenas empiezan a bajar. Incluso después del fin de la recesión, los economistas prevén que la reducción gradual de la gigantesca deuda del país demore años. Mientras tanto, advierten que tras el alza del crecimiento anticipada para el segundo semestre podría venir un progreso más lento y un mercado bursátil más débil en 2010.
Un sondeo realizado entre seis influyentes estrategas bursátiles de Wall Street, usualmente considerado como un grupo optimista, muestra que en promedio predicen que el índice de acciones Standard & Poor?s 500 cerrará en torno a 1033 este año. Sus pronósticos oscilan entre 930 y 1100. El viernes, el S&P 500 terminó en 1010,48, cerca del promedio previsto.
El miércoles, tras la publicación de cifras esperanzadoras provenientes de los sectores automotriz y manufacturero, economistas de Goldman Sachs triplicaron sus estimaciones para el crecimiento económico real a una tasa anual de 3% para el segundo semestre. ¿Y después? Prevén que el crecimiento decaerá consistentemente hasta 2% en la primera mitad de 2010 y 1,5% en los seis meses siguientes.
Las cifras de la deuda son asombrosas. Según la Reserva Federal, el endeudamiento total de las familias de EE.UU. registró un máximo a fines de 2007 de 132% de los ingresos disponibles. Se trata del nivel más alto que se ha visto desde que concluyó la Segunda Guerra Mundial y casi cuadruplica el 36% de 1952. Para fines de marzo, a medida que las familias empezaban a ahorrar más, a pagar sus deudas y a declararse insolventes, la tasa bajó a 124%, un poco menor aunque todavía muy lejos del 69% de mediados de 1985.
Hoy, el consumo en EE.UU. representa en torno a dos tercios o más de la producción económica. Pero a medida que aumentan el ahorro y reducen su endeudamiento, los consumidores no pueden adoptar el papel de motores del crecimiento que jugaron al finalizar otras recesiones recientes.
Los préstamos contraídos por los consumidores cayeron en junio por quinto mes consecutivo. En mayo, la tasa de ahorro, que en 2005 había descendido por debajo de cero, ascendió al 6,9% de los ingresos disponibles.
"Los consumidores están bajo una significativa presión financiera", señaló Goldman en su informe. "La debilidad en los ingresos de las familias?en parte resultado de la drástica desaceleración en el aumento del sueldo por hora? dificultará la acumulación de ahorros sin imponer importantes limitaciones en el consumo". Pese a que los reportes son complicados y detallados, su esencia es fácil de resumir. Los optimistas ven señales de que la recesión está cerca de su fin y, por consiguiente, prevén el siguiente paso lógico: un mercado bursátil más fuerte. A su vez, los pesimistas opinan que el fin de la recesión no es el elemento más importante, sino el largo proceso de reducción de deuda por parte de las familias y las empresas. Los optimistas creen que la recuperación tendrá forma de V. Los escépticos sostienen que se verá más como una W, o incluso como una sucesión de letras W.