Por Fernando Ravsberg, corresponsal de
BBC MundoLa Habana.- Funcionarios del gobierno cubano desmintieron que existan diferentes criterios entre Fidel y Raúl Castro sobre cómo llevar adelante las relaciones con los Estados Unidos de cara a una posible negociación del diferendo bilateral.
"La invención de diferencias entre ellos es parte de una campaña de Washington, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se ha convertido en su vocero", dijeron a BBC Mundo y agregaron que los dos líderes comparten la misma estrategia.
Los funcionarios fueron autorizados a conversar con este corresponsal sobre tan espinoso tema, pero la entrevista fue pactada con la condición de que no se publicara sus nombres ni los cargos que ocupan.
El rumor se produce a raíz de una reflexión de Fidel en la que afirma que se entendió mal la propuesta del presidente Raúl Castro en la que ofrece conversar con EE.UU. todos los temas, desde derechos humanos hasta libertades públicas.
[+/-]¿Se puede negociar?
Muchos medios de prensa valoraron las palabras del Comandante como una crítica a su hermano, algo de lo que se hizo eco Clinton: "Creo que deberíamos ver todo esto como el inicio de un debate'' (entre los Castro).
Clinton agregó que será difícil negociar si Fidel Castro anula la oferta de su hermano de discutir con EE.UU. temas tan delicados como el de los derechos humanos, la democracia, las libertades públicas o los presos políticos.
Sin embargo, los funcionarios cubanos explicaron que no hay nada nuevo en la oferta de Raúl Castro: "De hecho, mantenemos conversaciones similares con la Unión Europea. Es verdad que con EE.UU. puede ser más complejo, pero estamos dispuestos".
"El problema es que el discurso de Raúl fue sacado de contexto por algunos medios de prensa internacionales y Fidel lo vuelve a situar en su justa dimensión", afirmaron y aclararon, además, que de todas formas en cualquier conversación deberá existir simetría.
Simetría
Raúl Castro expresó: "Le hemos mandado a decir al gobierno norteamericano en privado y en público que ahí están los derechos cuando ellos quieran discutirlos todos: derechos humanos, libertad de prensa, presos políticos, todo, todo, todo lo que quieran discutir".
Sin embargo, inmediatamente aclaró que esta conversación sería "en igualdad de condiciones, sin la más mínima sombra a nuestra soberanía y sin la más mínima violación al derecho de autodeterminación del pueblo cubano", en definitiva sin exigencias de cambios políticos.
El politólogo Luis Suárez -profesor del instituto que forma a los diplomáticos cubanos- le dijo a la BBC que la línea es llevar adelante una "negociación simétrica", es decir que Cuba no aceptará la imposición de cambios en su sistema en la misma medida en que EE.UU. tampoco lo permitirá en el suyo.
Mientras que los funcionarios de gobierno afirmaron: "Estamos dispuestos a hablar de presos, de los que hay en Cuba y también de los que están en Guantánamo y de los 2.000 que los norteamericanos tienen en Irak sin celebrarle juicio".
Públicos diferentes
Verdaderamente resulta muy improbable que la aclaración de Fidel Castro responda a diferencias políticas con su hermano. No es el estilo de los gobernantes cubanos discutir sus problemas a través de los medios de difusión.
La unidad interna es un valor muy cotizado por las autoridades y la propaganda oficial remarca constantemente la cohesión que existe en el gobierno y el Partido Comunista. Resultaría muy extraño que iniciaran ahora un debate abierto.
Algunos creen que los mensajes podrían estar dirigidos hacia públicos diferentes. Mientras la oferta de Raúl le abrió el camino a Barack Obama para ceder en la Cumbre de la Américas, la reflexión de Fidel tranquiliza a los políticos más inflexibles de la isla.
Vale la pena recordar que dirigentes ortodoxos hablan de "nuevos escenarios de confrontación" con EE.UU. y sectores comunistas críticos cuestionaron públicamente el derecho de Raúl Castro a hablar con Washington sobre temas de política interna.