sábado, 25 de julio de 2009

Cuba pasa por una crisis de "ahorro o muerte"

Crítica de la Argentina


El menor de los tres hermanos y quien introdujo al argentino Ernesto “Che” Guevara en el círculo revolucionario de Fidel, Raúl Castro, celebrará este domingo en la ciudad oriental de Holguín el 56º aniversario del alzamiento que lideró su hermano y el tercero desde que asumió la Presidencia de Cuba.

Castro cumple el tercer año de mandato al frente de la isla desde que Fidel se enfermó en 2006. Lo hace en medio de una crisis económica de “ahorro o muerte”, que ha obligado a las autoridades cubanas a reducir la entrega de alimentos de la cartilla de racionamiento y se corta la energía a entidades y empresas estatales que no disminuyan su consumo para evitar apagones generalizados.
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Criticado por los analistas, quienes afirman que desde 2006 sólo ha habido cambios secundarios en el engranaje estatal como la purga de vicepresidentes y ministros acusados hasta de traición, Castro mostró serias dificultadas para predicar austeridad, ahorro, más trabajo, disciplina social y resistencia ante el pueblo de la isla.

El deterioro económico y social de Cuba ha empeorado en los últimos años hasta el punto que el mismo Raúl Castro reconoció que “las cuentas no cuadran” y “hay que ajustar los sueños a la realidad”.

La caída del bloque soviético en 1989, que subsidiaba al gobierno revolucionario, y la crisis económica mundial que principalmente afecta a las poblaciones de los países subdesarrollados han puesto contra las cuerdas a un sistema político-económico cada vez más debilitado y que parece marchar, sin capacidad de reconversión, hacia la extinción.

Cuba, que no utilizó durante décadas más de la mitad de sus tierras cultivables, importa aproximadamente el 80% de los alimentos que consumen sus casi 12 millones de habitantes. Además, rige aún el embargo comercial y financiero que Estados Unidos aplica a la isla desde hace medio siglo, que el presidente Barack Obama no cree necesario todavía eliminar, y deben sumarse al desastre las pérdidas de 10.000 millones de dólares que causaron tres huracanes en 2008.

Holguín fue una de las provincias más afectadas por el ciclón "Ike", el peor de los tres, que destruyó alrededor de 126 mil viviendas, de las cuales no se reconstruyeron ni siquiera la mitad a raíz de los precarios recursos estatales destinados a emergencias por catástrofes climáticas.

El crecimiento de la economía cubana, según cifras oficiales que los organismos internacionales difunden con reparos por las particularidades de la contabilidad estatal, disminuyó del 12,5% en 2007 al 4,3% en 2008. Y las previsiones para este año no fueron mucho más alentadoras. Castro aseguró que el crecimiento sería de apenas 2,5 por ciento, aunque economistas creen que es pronóstico demasiado optimista.

El desaliento social en la isla es generalizado. El diario Granma, portavoz del Partido Comunista gobernante, criticó hace unos meses la pasividad de los trabajadores, cuyos salarios no superan los 17 dólares mensuales. El diario los instó a comprender la situación económica reinante en Cuba y el mismo Castro les pidió hace un año “que no se acostumbren sólo a buenas noticias”.