sábado, 25 de julio de 2009

Libros en busca de un peatón

Por Virginia Lauricella (La Nación, Buenos Aires)


Para Federico Sordo y Germán Barbato, los libros no son objetos sagrados. Sentados en el bar de la librería Ateneo, hablan de su proyecto con entusiasmo y sencillez, sin imposturas ni aires de bibliómanos.
Desde diciembre último, estos estudiantes de publicidad llevan adelante la iniciativa Yo Leí este Libro, especie de cruzada autoimpuesta que los lleva a comprar o recolectar libros que luego abandonarán por la ciudad.
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La idea no es nueva. Los adeptos al Bookcrossing , tendencia nacida en Estados Unidos y con ramificaciones en varios países, impulsan esta práctica desde 2001. Pero estos jóvenes bonaerenses proponen una variante: cada libro incluye una lista de opciones, con sus pros y contras. El desprevenido peatón podrá leerlo o no, venderlo, prestarlo, quedárselo o incluso destruirlo, siendo en este caso él quien decida "si está haciendo bien o mal", según la etiqueta que cualquiera puede bajarse de yoleiestelibro.blogspot.com .
¿En qué momento Federico y Germán se convirtieron en activistas con base de operaciones en bancos de plaza, estaciones de subte, ascensores y cibercafés? A fin de año pasado, para un concurso, debían presentar un afiche que promoviera el hábito de la lectura. Como el medio no les pareció muy efectivo, el paso siguiente fue ir hasta las librerías de Corrientes, Parque Centenario y Rivadavia, donde compraron 20 títulos. Hasta el momento llevan esparcidos unos 80. El primero, La metamorfosis , de Kafka, lo soltaron en enero.
"Nos gusta esperar hasta que alguien agarra el libro. A veces lo filmamos. Por lo general, tienen éxito los lugares más escondidos, como cajeros automáticos, porque la gente tiene menos reparos", cuenta Germán.
La propuesta ya va generando ecos. Yo Leí este Libro participó en el último Pecha Kucha Night, el ciclo organizado por el Centro Cultural Konex en el que cada orador tiene unos pocos minutos para explicar un proyecto. También, los contactaron desde distintas partes del país y del exterior a través del grupo que tienen en Facebook .
Ahora, su mayor anhelo es que los imiten. Dice Federico, que al igual que Germán trabaja en una agencia de publicidad no tradicional: "A partir de esta experiencia, me acerqué más a la literatura y trato de usar menos Internet también.Si leés mucho, es más difícil que te pasen por encima. Queremos que la iniciativa se viralice". En estos tiempos, la metáfora no es muy afortunada pero, sobre todo en estos tiempos, la intención sí lo es.