Por Justin Lahart (
Wall Street Journal)
¿Qué hace que la actual recesión estadounidense sea tan grave? Otras crisis han sido más dolorosas. Aun así, ninguna desde la Segunda Guerra Mundial le ha atestado tantos golpes tan dañinos a la economía al mismo tiempo.
La tasa de desempleo se está acercando al pico registrado en la recesión de 1981-82 y la magnitud de la pérdida de trabajos es la peor desde la recesión de 1948-49. La caída en el Producto Interno Bruto es la más profunda desde la crisis de 1957-58 y los estadounidenses no han visto su fortuna personal evaporarse tanto desde la Gran Depresión.
[+/-]La NBER define una recesión como "un declive significativo en la actividad económica por más de unos cuantos meses". Entre los datos que la NBER considera están el PIB y el empleo, así como los ingresos, las ventas y la producción industrial. Incluso si la recesión actual está, como muchos economistas creen, acercándose a su fin, se siente peor que sus predecesoras registradas después de la Segunda Guerra Mundial.
En junio, la tasa de desempleo alcanzó 9,5% en EE.UU. Pero la mayoría de los economistas pronostica que seguirá escalando incluso luego de que la recesión acabe porque las empresas seguirán siendo reacias a contratar. Para empeorar las cosas, la economía necesita añadir unos 100.000 empleos al mes para compensar el crecimiento de la población.
Aunque la tasa de desempleo aún no ha llegado al nivel de principios de los años 80, las pérdidas de empleo asociadas con esta recesión ya son más profundas porque la crisis empezó con una tasa de desempleo menor que la de la crisis de 1981-82. El mes pasado, había 6,7 millones menos de estadounidenses con empleo que en diciembre de 2007, cuando el empleo estaba en su mayor nivel, una caída de 4,7% frente al 3,1% de 1981-82.
"En términos de empleo, ahora estamos peor que en 1982 y estamos por eclipsar la peor recesión de posguerra, que fue en 1948", dice Bob Hall, un economista de la Universidad de Stanford que dirige el grupo de la NBER, que determina las fechas de las recesiones.
En 1948, la demanda que se acumuló durante los programas de racionamiento de la Segunda Guerra Mundial había sido satisfecha. Las compañías, con mayores inventarios de lo que podían vender, desaceleraron la producción y despidieron a trabajadores. La recesión que comenzó ese año redujo las nóminas 5,2%. Los empleos, sin embargo, se recuperaron pronto, después de que el exceso de inventario fue eliminado.
En comparación, en las últimas dos recesiones, en 1990-91 y en 2001, las nóminas se redujeron hasta mucho después de que la economía empezó a recuperarse. La prolongada caída refleja un cambio en la forma en que los empleos responden a las recesiones, algo que los economistas temen va a continuar.
Las recientes recesiones también han sido menos repentinas, en parte debido a que el sector manufacturero, que responde a problemas recortando la producción, ya no es una gran parte de la economía. Los descensos en el PIB —el valor de todos los bienes y servicios producidos— asociados a las recesiones de 1990-91 y 2001 fueron moderados.
Eso hace que el declive del PIB en esta recesión sea sorprendente. En el primer trimestre, el PIB cayó 3,1% frente al máximo alcanzado en 2008. La única otra recesión postguerra más grave fue en 1958, cuando EE.UU. era una potencia manufacturera.
La actual recesión fue producto del colapso de los mercados de vivienda y de crédito, lo que hace que la reacción de la Fed al recortar las tasas de interés sea menos efectiva.