viernes, 31 de julio de 2009

Un servicio de taxi rosado ofrece seguridad a las mujeres en el Líbano

Por Don Duncan (Wall Street Journal)



BEIRUT— En Beirut, no se para un taxi, el taxi lo para a uno, con un bocinazo escandaloso. Los taxis omnipresentes y destartalados de la ciudad —con sus ruidosos motores, sus tapizados rotos y sus conductores que fuman— son íconos en el Líbano.

Pero ahora, la insignia del transporte de la ciudad enfrenta una competencia seria por parte de una flota cada vez mayor de taxistas mujeres, vestidas con camisas blancas de cuello almidonado, gafas oscuras, corbatas rosadas y pequeñas flores en su cabello, peinado a la perfección.
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Todas trabajan para Banet Taxi, o "taxi femenino" en árabe. Es el primer servicio de taxi del Líbano para mujeres, manejado por mujeres. Es imposible no ver los autos de color rosado chicle de la empresa.

"Elegí el rosado porque la primera idea que viene a la mente cuando uno ve ese color son las chicas", afirma Nawal Fakhri, de 45 años, fundadora de Banet Taxi.

Fakhri dio su puntapié inicial en los negocios al frente de una peluquería en el oriente de Beirut. El legado estético de esa experiencia es claro en su emprendimiento actual. Lanzó Banet Taxi en marzo con sólo tres carros y tres conductoras. Su flota de modelos viejos Peugeot ha crecido cinco veces desde entonces con las conductoras suficientes para ofrecer servicio las 24 horas. La empresaria espera duplicar su flota en estos meses, a 24 autos.

La empresa es parte de una tendencia regional. Empresarios independientes en todo Medio Oriente han reconocido el potencial comercial de ofrecer opciones de transporte seguro para mujeres. Banet Taxi sigue los pasos de exitosos modelos de transporte sólo para mujeres en Dubai, Teherán y El Cairo.

En Beirut, la floreciente empresa es una señal de que el sector privado tiene éxito donde el sector público ha fracasado.

"Me gusta ser una de las pocas taxistas mujeres en el Líbano", afirma Maya Buhaidai, de 34 años. "Y me gusta el trabajo. Es fácil, es divertido y puedo charlar y reírme con mis pasajeras", agrega.

Un atardecer reciente, Buhaidai lleva a la pasajera Lamia Samaha, de 37 años, desde un suburbio en el tope de una montaña hacia el ajetreado centro de Beirut. Durante el camino, charlan sobre noticias, programas de televisión y niños.

"Estoy tranquila porque estoy acompañada por una mujer. A veces siento que los hombres son difíciles de manejar", asegura Samaha.

Al igual que muchas de las pasajeras de la flota rosada, Samaha se toma en serio su elección. "Una de mis hijas tiene 15 años y la envío en este taxi todo el tiempo, en especial por las noches... y no tengo que preocuparme".

La promesa de un viaje seguro y sin problemas atrae a un amplio rango de pasajeras: mujeres mayores que quieren un viaje tranquilo, mujeres jóvenes que salen a altas horas de la noche, e incluso niñas de preescolar cuyas maestras las ponen en los automóviles.

Los motivos de las pasajeras para elegir Banet se basan, en parte, en sus antecedentes culturales y religiosos. La población de Beirut se compone aproximadamente de tercios: uno cristiano, otro sunita y otro chiíta. Las mujeres conservadoras quizás eligen Banet Taxi para cumplir con la regla que prohíbe viajar con hombres desconocidos. Otras sólo priorizan la comodidad y la seguridad.

"Sé muy bien que podría ganar más dinero si también aceptara clientes hombres, pero para mí es claro que en el Líbano las mujeres necesitan un servicio como este", señala Fakhri.