PEKIN. - La economía china se ha recuperado mucho más rápido de lo que muchos creían posible: la producción manufacturera, los préstamos bancarios y las importaciones de materias primas han continuado acelerándose en los últimos meses. Ahora, las autoridades financieras enfrentan preguntas sobre cuánto podrá durar este crecimiento y cuán rápido podrá la tercera mayor economía del mundo reducir su gigantesco programa de estímulo antes de que aparezcan problemas de largo plazo. [+/-]
Los economistas calculan que la economía china creció 8% en el segundo trimestre respecto al mismo lapso del año anterior, frente a 6,1% en el primer trimestre. La cifra oficial sería anunciada el jueves en Pekín.
Si se mide según los mismos parámetros utilizados por otras grandes economías ?una comparación anualizada entre trimestre y trimestre? el crecimiento de China en el segundo trimestre podría ser de cerca de 15%, según las estimaciones de algunos economistas del sector privado. Aunque el alza se modere en los trimestres entrantes, según muchos analistas, China casi alcanzará su meta de crecimiento de 8% para todo 2009.
La sostenibilidad de este crecimiento impulsado por el Estado es un tema crucial para la economía global. El éxito hasta ahora del inmenso programa de estímulo de China ha sido uno de los pocos puntos positivos en la peor crisis económica mundial que se ha visto en una generación y que, según los pronósticos, hará que todas las economías desarrolladas se contraigan este año.
"China estará entre los primeros países que sacará a la economía global de esta recesión", afirmó Hans Timmer, director del departamento de pronósticos económicos del Banco Mundial. Los países emergentes como China se están convirtiendo en mayores impulsores del crecimiento global a medida que los hogares estadounidenses reducen el consumo y aumentan los ahorros, señaló Timmer.
China repuntó después de que el gobierno usara el sistema bancario controlado por el Estado para llevar a cabo una de las expansiones monetarias más drásticas de la historia. Los bancos han emitido el doble de nuevos préstamos en lo que va del año en comparación al primer semestre de 2008, y la oferta monetaria de China se expande a casi el triple del ritmo de Estados Unidos. Junto al plan de estímulo de US$ 585.000 millones, el aumento del crédito ha contribuido a restaurar la confianza, y la actividad que respalda es, al menos en el corto plazo, una buena noticia para las constructoras de viviendas, las automotrices y los proveedores de materias primas como el cobre.
La estrategia del gobierno, no obstante, también conlleva riesgos. La gran oferta de dinero en la economía podría trasladarse a los mercados bursátil e inmobiliario y provocar nuevas burbujas. Una acumulación de préstamos tóxicos y proyectos defectuosos podría socavar el crecimiento y las finanzas públicas. Además, la dependencia de la economía china de las inversiones y el crédito impulsados por el Estado significa que cualquier traspié político podría descarrilar el repunte en la confianza.
"Pienso que hay un riesgo claro y creciente de una burbuja de activos y una fluctuación en el crecimiento", señaló Wang Tao, una economista del banco suizo UBS.
Con tanta actividad concentrada en el primer semestre del año, se vuelve más difícil planear más proyectos de estímulo en el futuro, dijo Wang. Por lo tanto, para el gobierno es más urgente concebir formas de generar un sostenido crecimiento en el sector privado. "Además del estímulo de corto plazo, debe haber una planificación de mediano plazo para cambiar el modelo de crecimiento", dijo la economista.
El gobierno ya ha tratado de ajustar su programa de estímulo para reducir el riesgo de que se generen burbujas. Mientras los precios de las viviendas caen en EE.UU., en China aumentan a un ritmo anualizado de 10%, lo suficientemente rápido como para que algunos hablen de un nuevo boom inmobiliario. El índice de referencia de la bolsa de Shanghai se ha disparado 75% este año y el miércoles cerró en su nivel máximo en 13 meses después de una de las sesiones con más transacciones desde 2007. El incremento récord en las reservas de divisas extranjeras de China, que alcanzaron US$ 2,132 billones (millones de millones) en junio, fue impulsado en parte por nuevos flujos de capital del exterior que buscan un fuerte crecimiento. Los economistas calculan que totalizó entre US$ 30.000 millones y US$ 50.000 millones en el segundo trimestre.
Al mismo tiempo, China debe tener en consideración los costos en el largo plazo. Al igual que otros países con sus paquetes de estímulo, China está tomando prestado del crecimiento futuro para sostener la economía de hoy. Pero la deuda implícita que las autoridades financieras chinas están tomando para respaldar los préstamos bancarios y los proyectos de gobiernos locales es varias veces mayor que el déficit presupuestario oficial de 3% del producto bruto interno de este año. Eso dejará a Pekíncon menos herramientas para volver a estimular la economía, aun cuando es evidente que los préstamos y la inversión no pueden sostener su frenético ritmo.
Los funcionarios reconocen que el gasto fiscal no puede impulsar la economía por siempre. "Una tendencia en alza en la economía no significa que este difícil período se haya acabado", dijo el premier chino, Wen Jiabao, en una reunión de economistas y empresarios la semana pasada.
Si se mide según los mismos parámetros utilizados por otras grandes economías ?una comparación anualizada entre trimestre y trimestre? el crecimiento de China en el segundo trimestre podría ser de cerca de 15%, según las estimaciones de algunos economistas del sector privado. Aunque el alza se modere en los trimestres entrantes, según muchos analistas, China casi alcanzará su meta de crecimiento de 8% para todo 2009.
La sostenibilidad de este crecimiento impulsado por el Estado es un tema crucial para la economía global. El éxito hasta ahora del inmenso programa de estímulo de China ha sido uno de los pocos puntos positivos en la peor crisis económica mundial que se ha visto en una generación y que, según los pronósticos, hará que todas las economías desarrolladas se contraigan este año.
"China estará entre los primeros países que sacará a la economía global de esta recesión", afirmó Hans Timmer, director del departamento de pronósticos económicos del Banco Mundial. Los países emergentes como China se están convirtiendo en mayores impulsores del crecimiento global a medida que los hogares estadounidenses reducen el consumo y aumentan los ahorros, señaló Timmer.
China repuntó después de que el gobierno usara el sistema bancario controlado por el Estado para llevar a cabo una de las expansiones monetarias más drásticas de la historia. Los bancos han emitido el doble de nuevos préstamos en lo que va del año en comparación al primer semestre de 2008, y la oferta monetaria de China se expande a casi el triple del ritmo de Estados Unidos. Junto al plan de estímulo de US$ 585.000 millones, el aumento del crédito ha contribuido a restaurar la confianza, y la actividad que respalda es, al menos en el corto plazo, una buena noticia para las constructoras de viviendas, las automotrices y los proveedores de materias primas como el cobre.
La estrategia del gobierno, no obstante, también conlleva riesgos. La gran oferta de dinero en la economía podría trasladarse a los mercados bursátil e inmobiliario y provocar nuevas burbujas. Una acumulación de préstamos tóxicos y proyectos defectuosos podría socavar el crecimiento y las finanzas públicas. Además, la dependencia de la economía china de las inversiones y el crédito impulsados por el Estado significa que cualquier traspié político podría descarrilar el repunte en la confianza.
"Pienso que hay un riesgo claro y creciente de una burbuja de activos y una fluctuación en el crecimiento", señaló Wang Tao, una economista del banco suizo UBS.
Con tanta actividad concentrada en el primer semestre del año, se vuelve más difícil planear más proyectos de estímulo en el futuro, dijo Wang. Por lo tanto, para el gobierno es más urgente concebir formas de generar un sostenido crecimiento en el sector privado. "Además del estímulo de corto plazo, debe haber una planificación de mediano plazo para cambiar el modelo de crecimiento", dijo la economista.
El gobierno ya ha tratado de ajustar su programa de estímulo para reducir el riesgo de que se generen burbujas. Mientras los precios de las viviendas caen en EE.UU., en China aumentan a un ritmo anualizado de 10%, lo suficientemente rápido como para que algunos hablen de un nuevo boom inmobiliario. El índice de referencia de la bolsa de Shanghai se ha disparado 75% este año y el miércoles cerró en su nivel máximo en 13 meses después de una de las sesiones con más transacciones desde 2007. El incremento récord en las reservas de divisas extranjeras de China, que alcanzaron US$ 2,132 billones (millones de millones) en junio, fue impulsado en parte por nuevos flujos de capital del exterior que buscan un fuerte crecimiento. Los economistas calculan que totalizó entre US$ 30.000 millones y US$ 50.000 millones en el segundo trimestre.
Al mismo tiempo, China debe tener en consideración los costos en el largo plazo. Al igual que otros países con sus paquetes de estímulo, China está tomando prestado del crecimiento futuro para sostener la economía de hoy. Pero la deuda implícita que las autoridades financieras chinas están tomando para respaldar los préstamos bancarios y los proyectos de gobiernos locales es varias veces mayor que el déficit presupuestario oficial de 3% del producto bruto interno de este año. Eso dejará a Pekíncon menos herramientas para volver a estimular la economía, aun cuando es evidente que los préstamos y la inversión no pueden sostener su frenético ritmo.
Los funcionarios reconocen que el gasto fiscal no puede impulsar la economía por siempre. "Una tendencia en alza en la economía no significa que este difícil período se haya acabado", dijo el premier chino, Wen Jiabao, en una reunión de economistas y empresarios la semana pasada.