jueves, 30 de julio de 2009

Primeras confesiones de Madoff desde la cárcel



Por Alberto Armendariz
(La Nación, Buenos Aires)


NUEVA YORK.- Desde la cárcel, donde cumple una condena de 150 años por montar la mayor estafa de la historia, el ex financista Bernard Madoff rompió por primera vez su silencio y confesó que aún lo sorprende la falta de atención de las autoridades, que no lograron descubrir el esquema piramidal a través del cual dejó en la bancarrota a miles de personas alrededor del mundo.
"Hubo veces en que después de acudir a la Comisión de Valores [SEC, por sus siglas en inglés] pensaba: «Me han descubierto». Pero nadie se molestaba en hacer algunas preguntas simples", dijo Madoff, de 71 años, al abogado Joseph Cotchett, que representa a un grupo de víctimas de quien fue uno de los asesores financieros más respetados de Estados Unidos.
"Tontamente, la gente, incluyendo a contadores y reguladores, nunca se fijó en los lugares correctos", añadió.
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Cotchett logró anteayer una entrevista de cuatro horas y media con Madoff en la prisión federal de Butner, en Carolina del Norte, después de amenazarlo con demandar a su esposa, Ruth, y dos hijos, Andrew y Mark, a quienes el ex financista ha protegido afirmando que no estaban al tanto del fraude de 65.000 millones de dólares que él había montado.
Ayer, el abogado desfiló por los medios y declaró que los datos que le había brindado Madoff serán muy útiles para desentrañar quiénes y cuánto sabían del engaño.
"Nos dio mucha información que creemos ayudará tremendamente a las víctimas. Fue muy directo y no se guardó nada. Nos contó cómo comenzó a mediados de los 90, cómo continuó y por qué sabía que tarde o temprano todo terminaría. Cuando se entregó, sabía que pasaría el resto de su vida en la cárcel", señaló Cotchett a un canal de televisión.
"Los detalles de cómo acabó todo van a ser claramente expuestos en una próxima demanda. Pero él sabía, ya en el año 2000, que era una cuestión de tiempo antes de que los mercados se dieran vuelta. Y para 2008, ya sabía que todo se terminaría", apuntó el letrado.
Cotchett no duda de que uno de los blancos de su acción legal será el hermano de Madoff, Peter, quien se desempeñaba como director de cumplimiento de la firma Madoff Investment Securities.
"En la nueva demanda que presentaremos habrá varias nuevas personas que la SEC no ha investigado", adelantó.
Cotchett asistió a la prisión acompañado por su socia, Nancy Finerman, y por el abogado de Madoff, Mauro Wolfe.
Contó que vio al ex presidente del Nasdaq en muy buen estado físico por los ejercicios que realiza tras las rejas, que está leyendo mucho y que se ha convertido en una especie de celebridad en la cárcel desde que lo trasladaron allí, tras su condena en Nueva York, el 29 de junio.
De acuerdo con lo establecido por las reglas de la cárcel, a Madoff sólo le entregaron papel para escribir, lápices y diez dólares en monedas de 25 centavos, para que pueda gastarlos en las máquinas expendedoras de la prisión.
"Quería hablar con nosotros porque, en su opinión, algunos miembros de su familia no sabían nada de lo que él hacía y no estaban involucrados en la estafa. Le importa mucho lo que le suceda a Ruth", destacó el abogado.
De todas maneras, ni la esposa ni sus hijos han ido a visitarlo hasta ahora a Carolina del Norte. "Los hijos están muy resentidos con sus padres y no han hablado con ellos desde que él fue detenido, el 11 de diciembre del año pasado", aclaró Cotchett.

Demandan a su esposa
En tanto, los fideicomisos que supervisan la liquidación de los bienes de Madoff demandaron ayer civilmente a Ruth Madoff por 45 millones de dólares, que, según ellos, gastó dándose "una vida de esplendor" mientras su esposo perpetraba su fraude financiero.
Hace un par de semanas, Ruth Madoff fue obligada a abandonar el lujoso penthouse que ocupaba en el Upper East Side de Manhattan y debió entregar la mayoría de sus joyas y pertenencias valiosas a la justicia.
Sólo se le permitió retener bienes por 2,5 millones de dólares porque no pudieron ser relacionados con la estafa de su marido.