domingo, 5 de julio de 2009

Los negocios del Patán

Por Horacio Verbitsky (Página 12, Buenos Aires)

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No sólo la AFIP denunció a Francisco de Narváez ante la Unidad de Información Financiera (UIF), en aplicación de la ley 25.246 sobre Encubrimiento y Lavado de Activos de origen delictivo. También lo hizo el JP Morgan Chase Bank de Nueva York, según informó el Fincen, la red policial del Tesoro de los Estados Unidos que se encarga de “reforzar la seguridad nacional, detectar e impedir la actividad delictiva y proteger al sistema financiero de cualquier abuso, promoviendo la transparencia en el país y en el sistema financiero internacional”.

La ola de rechazo al gobierno nacional permitió que las fundadas denuncias respecto a las actividades del filántropo colombiano fueran desdeñadas como operaciones espurias que incluso lo beneficiaron al realzarlo como el principal antagonista del ex presidente Néstor Kirchner, un rol que excede con amplitud sus capacidades diferentes. Pero concluido el escrutinio, los duros hechos siguen estando donde estaban y hay más motivos que nunca para profundizar la investigación, ahora que el gran triunfador del domingo pasado se apresta a avanzar, con la tutela del ex senador Eduardo Duhalde, sobre el principal partido político argentino y hacia la gobernación de su provincia más extensa y poblada. Otro tema es que haya magistrados dispuestos a hacerlo. A través del detenido Roberto Segovia primero, al que le prestó su abogado corporativo Mariano Cúneo Libarona, en nombre propio después, con su honorable abogado Alejandro Carrió, De Narváez recusó al juez que investiga su relación con el principal traficante clandestino de efedrina. Si la causa recayera en un magistrado más respetable sus expectativas serían oscuras, porque lo que no ha podido negar son los cuatro llamados que se hicieron desde uno de sus teléfonos a Segovia.

El accidente de LAPA

El informe 06/2008 del Fincen fue dirigido el año pasado a la UIF argentina, que estaba investigando operaciones sospechosas realizadas por el socio principal de Francisco de Narváez, Gustavo Andrés Deutsch, como presidente de la quebrada empresa aerocomercial Líneas Aéreas Privadas (LAPA). De Narváez fue miembro del directorio de la compañía, uno de cuyos aviones se estrelló al fallar el decolaje desde el aeropuerto Newbery el 31 de agosto de 1999. El padre de Deutsch, Federico, y el abuelo de De Narváez, Carlos Steuer, llegaron juntos de Checoslovaquia y fueron socios en Casa Tía. Sus respectivos herederos extendieron la relación a LAPA, fundada por Deutsch, quien era piloto y apasionado de la aviación. Luego del accidente De Narváez fue procesado por la justicia, pero luego se le dictó la falta de mérito y fue sobreseído. Su defensor es Roberto José María Durrieu, viceministro de justicia del dictador Jorge Videla y fiscal de Estado en la provincia de Buenos Aires. Durrieu es también abogado del diario La Nación. En su declaración indagatoria ante el juez federal Gustavo Literas el 26 de junio de 2000, De Narváez explicó que entre sus funciones no figuraba la selección ni el entrenamiento de los pilotos, por lo que no podía atribuírsele una responsabilidad objetiva en el accidente. Agregó que sólo se encargaba de prestar “asesoramiento en cuestiones de estrategia de la compañía y de la estructura de financiamiento”. Por ello, en diciembre de 2000 Literas le dictó la falta de mérito y en diciembre de 2002 el juez federal Sergio Torres lo sobreseyó, dado que sólo era un “director de sillón”, con tareas de asesoramiento financiero. Con toda claridad esto implica que De Narváez sí tiene responsabilidad en las operaciones financieras de LAPA. Además, derivan de ellas beneficios específicos para el reelecto diputado bonaerense, que fueron informados por el órgano estadounidense de prevención y persecución del lavado de dinero.

Las operaciones sospechosas

El Tesoro estadounidense mencionó dos reportes de actividad sospechosa que conciernen a Deutsch y LAPA, uno de los cuales involucra también a De Narváez. El primero fue presentado por el Citibank de Nueva York y se refiere a un cliente identificado sólo con el nombre Patán. Dice que entre enero y marzo de 1999 recibió cinco transferencias por 209.400 dólares y realizó una sexta por 535.000 dólares. El Fincen sostiene que “uno de los firmantes” de la cuenta Patán es Andy Deutsch, lo cual supone que hay otros, que el organismo no menciona. La segunda operación sospechosa fue informada por el JP Morgan de Nueva York. Se trata de una transferencia por 18.390.000 dólares realizada el 22 de febrero de 2002 desde el Banco Comercial SA al Northern Trust Internacional Banking Corporation, a favor de Merrill Lynch Pierce Fenner, “para beneficio final de Gustavo Andrés Deutsch, Francisco de Narváez Steuer, Bernard Marie Louis Dunand o Eric Reiss”. Dunand fue presidente de Carrefour en Francia, México y la Argentina y Reiss su gerente financiero y también ex vicepresidente de Casa Tía. Estas transferencias forman parte de un intrincado laberinto de compañías que poseen a otras compañías que contratan unas con otras, hasta que se pierden las pistas sobre la verdadera propiedad y se diluyen las responsabilidades, comerciales y penales. Lo mismo ocurre en el grupo de compañías formadas por la Sociedad Rural y De Narváez para la administración del predio de Palermo, cedido a precio vil por el ex presidente Carlos Menem y su ministro de Economía Domingo Cavallo. El Tesoro de Washington informó una tercera operación sospechosa: entre diciembre de 2002 y abril de 2003 alguien identificado como Gristavo Andrew Deutsch (sic) efectuó seis transferencias electrónicas a varias empresas. Desde enero de 2005 hasta mayo de 2006 realizó otras seis transferencias por 209.500 dólares desde su cuenta personal. Tres de ellas se enviaron a Walmont SA, sin un propósito comercial aparente. El Fincen observó que “pese a que el nombre tiene un gran parecido, la fecha de nacimiento de Gristavo Andrew Deutsch no coincide con la de Gustavo Andrés Deutsch”. Walmont SA es una sociedad constituida en 1997 en Buenos Aires, de la que Deutsch es presidente y también el único firmante de su cuenta en el Citibank. Su domicilio es el mismo de Deutsch. Según las actas de directorio de LAPA, Walmont es su accionista principal. El Fincen detalla que el 99,05 por ciento de las acciones de LAPA pertenecen a Walmont y el 0,95 por ciento a Deutsch. Es decir, se trata de una sociedad de cómodo, como las descriptas por el ex inspector general de Justicia Ricardo Nissen como instrumentos de fraude.

Veinte palos verdes cash

También los síndicos de la quiebra de LAPA, el estudio Oliveto-Paparatto & Asociados, denunciaron una operación sospechosa de Deutsch y del miembro del Consejo de Vigilancia de LAPA, Eduardo Daniel Becher. El contador Becher es columnista habitual en el diario El Cronista, que posee De Narváez, y director de BDO Becher Lichtenstein & Asociados, filial argentina de una organización mundial de servicios de auditoría, impuestos y consultoría profesional. La investigación de la UIF estableció que como resultado de transacciones realizadas con una empresa del paraíso fiscal de Bahamas ingresaron a la caja de LAPA veinte millones de dólares en efectivo, lo cual contradice los requisitos legales que exigen la intervención de una entidad bancaria. Además, LAPA adquirió bienes pagados por otra empresa de un paraíso fiscal, en Tortola, capital de las Islas Vírgenes Británicas.

En noviembre de 1999, Deutsch informó al directorio que como accionista de LAPA había pagado 18 millones de dólares a Dassault Falcon Jet Co, por la compra de una aeronave Falcon Jet 900. Ese pago constituiría un aporte suyo irrevocable a LAPA. Pero los contadores establecieron que en realidad el pago lo había realizado Timberhill Trading Inc. de Tortola. Ese contrato fue rescindido al mes siguiente de firmado y el directorio autorizó que los 18 millones de dólares fueran restituidos a Deutsch para abonar los anticipos por la compra de seis máquinas al fabricante de aviones The Boeing Co. En marzo de 2000, ese compromiso de aporte fue cedido a la sociedad Walmont SA, que se comprometió a pagar a Boeing por la compra de seis aeronaves del modelo 737-700. Pero en junio LAPA cedió los derechos y obligaciones de ese contrato a la firma de Nassau, Bahamas, Findmore Enterprises. Esa empresa, constituida con un capital de 10.000 dólares, pagó por la cesión 20 millones de dólares. La condición del convenio, que Deutsch describió ante el directorio como muy ventajosa, era que Boeing aceptara la cesión. En caso contrario, LAPA no debería reintegrar el pago a Findmore. En diciembre de 2000, Deutsch informó al directorio que había efectuado

nuevos anticipos a Boeing por 11.151.713 pesos, que también constituían aportes irrevocables del presidente. Boeing no aceptó la cesión del contrato a Findmore y los 20 millones de dólares ingresaron en efectivo a LAPA como una utilidad extraordinaria. LAPA renegoció entonces el convenio con Boeing, reduciendo la compra de seis a cuatro aeronaves y Boeing se comprometió a restituir a LAPA una suma que el acta 393 del directorio menciona con un llamativo error. En números dice 21.552.638,83 pesos y la aclaración en letras veinte millones ciento dieciséis mil ciento setenta y seis. Oliveto y Paparatto & Asociados informaron a la UIF que la realidad no era la que surgía de las actas y de la contabilidad y que no había comprobantes que avalaran los asientos contables. (Lo mismo ocurre con la investigación de la AFIP sobre el patrimonio de Francisco de Narváez.) Entre 1998 y 2001 LAPA padeció grandes pérdidas, los registros contables se realizaron con atrasos sistemáticos, los asientos contables no contaron con comprobantes y los accionistas realizaron aportes muy significativos. En las actas de directorio figuran como realizados por Deutsch pero los pagos los hizo la misteriosa empresa de Bahamas. El libro diario de LAPA tiene hojas móviles y no está rubricado, con lo que no permite reconstruir los movimientos contables. Todas las sociedades en las que participa De Narváez siguen la misma pauta impugnada por Nissen. Los analistas de la UIF destacan la “directa vinculación” con Deutsch de Walmont, Timberhill Trading Inc. y Findmore Enterprises y que las transferencias efectuadas desde paraísos fiscales carecen de todo fundamento. “Los fondos tendrían que haber sido otorgados por Deutsch a LAPA (aporte irrevocable) y esta última es quien tendría que haber realizado las transferencias” por el pago de los aviones. En este juego de espejos, el socio principal se relaciona consigo mismo a través de distintas sociedad controladas o vinculadas. La investigación de la UIF se realizó entre abril de 2006 y abril de 2008, mucho antes de que De Narváez constituyera alguna preocupación para el gobierno nacional y que hasta Maurizio Macri se asombrara por su prodigalidad para volcar fondos de origen desconocido en los avisos de la campaña más costosa que se recuerde, que De Narváez con plena sinceridad llama “comerciales”. Por considerar que se había cometido un delito, la UIF dio traslado al Fiscal General Raúl Plee, a cargo de la Unidad Fiscal para la Investigación de los Delitos de Lavado de Dinero y Financiamiento del Terrorismo, quien el 2 de octubre de 2008 presentó la denuncia a la Justicia que es instruida en el juzgado federal 9 a cargo del juez subrogante Octavio Aráoz de Lamadrid e interviene el fiscal Oscar Amirante