domingo, 5 de julio de 2009

El plan de Duhalde para conducir el Justicialismo

Por Nicolás Wiñazki (Crítica de la Argentina)



Llegó el viernes de Europa. Y ayer a las nueve de la mañana ya había abierto su casa a los jefes del peronismo opositor. Eduardo Duhalde lo dice sin vueltas. Derrotado Néstor Kirchner, su plan es volver a tomar el control del Partido Justicialista para decidir entonces quién debe ser el candidato del PJ para las elecciones presidenciales de 2011.

Empezará a contactarse con distintos gobernadores y espera volver a alinear a los más poderosos intendentes del conurbano bonaerense. Su principal apuesta presidencial es por Carlos “Lole” Reutemann. Por ahora, va a intentar aislar al jefe porteño Mauricio Macri y a su aliado bonaerense, Francisco de Narváez, con el que está distanciado. “Que decidan si quieren jugar adentro del peronismo o afuera. Adentro, que se sometan a nuestras decisiones. Afuera, van solos”.

Duhalde soltó esas palabras ayer frente a varios de sus visitantes. El bonaerense está convencido de que el PJ debe comenzar el armado político necesario para llegar a 2011 sin fisuras internas que lo debiliten. Quiere evitar como sea que el peronismo presente más de una lista en las presidenciales, lo que dividiría los votos. Dice que el contrincante electoral del PJ ya está definido: “Va a ser Cobos”.

No pierde tiempo. Ayer se reunió con el jefe del sindicato de los gastronómicos, Luis Barrionuevo; el líder del gremio de los peones rurales, Gerónimo “Momo” Venegas; el ex gobernador bonaerense Carlos Ruckauf; su ex jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof; y con varios dirigentes del interior bonaerense, incluso un par de intendentes a los que prefirió mantener en el anonimato.

El economista Javier González Fraga le acercó un informe sobre la situación de la economía nacional. Duhalde recibió a sus invitados en su hogar de Lomas de Zamora, custodiado por una guardia policial a la que los visitantes le desconfían: “Éstos nos ven y después elevan el informe”.

Duhalde no fue a Europa a pasear. Trabajó. Estuvo en Roma, donde, entre otras gestiones, se reunió con el obispo de Vescovio, monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, argentino, familiar de un dirigente del peronismo y con un destacado cargo en el Vaticano: es canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales. Frente a él, Duhalde hizo un crudo relato del panorama actual de la política nacional.

Lo mismo hizo en Madrid, pero frente a un dirigente de peso político y empresarial, el ex jefe de Estado español Felipe González, al que considera “un amigo” de la Argentina y ante quien buscó ayuda durante su presidencia en 2002.

Sus tareas en Buenos Aires son más terrenales. Ayer empezó su operación para copar el PJ bonaerense, desde donde espera volver a buscar sus viejas alianzas con los gobernadores del peronismo. Está convencido de que volverá a contar con el apoyo de sus viejos amigos y ahijados políticos, los jefes comunales del conurbano bonaerense. El plan de Duhalde es volver a seducir a la mayoría de los congresales del actual congreso bonaerense del PJ, para entonces echar a los kirchneristas que integran ese organismo, como Carlos Kunkel, Alberto Balestrini y José María Díaz Bancalari, en orden de su desprecio político por ellos. Está convencido de que la presión de los congresales bonaerenses logrará que el Congreso Nacional del partido decida que se conforme una Comisión de Acción Política integrada por los gobernadores, que funcionará como una conducción de hecho: renunciado Kirchner a la presidencia del PJ, ahora Duhalde va por la renuncia de Daniel Scioli, al que considera “demasiado cooptado por el Gobierno”.

El bonaerense está seguro de que contará con el apoyo de los gobernadores que en su momento fueron sus aliados, como el sanjuanino José Luis Gioja o el tucumano José Alperovich.

Duhalde imagina que “su” nuevo PJ podría llamar a internas para decidir el candidato presidencial de 2011. A Kirchner, por supuesto, lo ve fuera de cualquier competencia. “El 70 por ciento del electorado nacional votó en su contra” analiza frente a sus interlocutores. Y suele repetir, a manera de chiste, una frase que lo tiene como protagonistas a él y a Kirchner: “Me dicen a cada rato que el que puso al ‘Loco’ tiene que sacarlo. Y bueno...”.